Gran parte de la historia de Raquis es el encuentro, entre nosotros y con nuestro lugar. Nos sentimos afortunados de haber formado este equipo, de habernos encontrado en el vino y en la manera en la que pensamos este mundo.
Después de años de búsqueda encontramos un paraje único: El Monasterio, en Gualtallary, Mendoza, que parecía hecho a medida para nosotros. Cada detalle que imaginamos, las bases para poder hacer vinos de gran calidad, está presente.